2. Jan es un niño de 5 años de edad, alegre,
muy activo, pero a veces demasiado
atrevido, cosa que a su padre le
intranquiliza un poco cuando pretende
exponerse a situaciones que no son propias
de su edad.
Un día de primavera salieron, como de
costumbre, a dar un paseo por el bosque
que rodea su casa en las afueras del pueblo,
pero aquel día Jan le dijo a su padre que ya
era mayor para que le llevara cogido
siempre de la mano en sus paseos. Él quería
ir solo.
3. Su padre le dijo:
Bien no te daré la mano pero debes mantenerte a
mi lado
No quiero, quiero ir por otro camino, porque ya
soy mayor
Vamos a llegar a un acuerdo, Jan.
Papá te deja ir por ese camino paralelo siempre
y cuando te comprometas a no subirte a ninguna
roca, a no correr y a dejar de hacer la ardilla a
través de tus amigos los árboles. ¿De acuerdo?
¡Vale papá!
4. Empezaron su especial paseo. Todo iba bien,
de vez en cuando el padre de Jan, iba sacando
la cabeza para comprobar que su avispado hijo
seguía sus indicaciones, cosa que
comprobaba... Hasta que de pronto se oyó un
¡Ahhhhhh!...
El padre de Jan corrió hacia él y le encontró
sentado en el suelo, lloroso y gritando.
¡Déjame tonto!
A lo lejos se oyó: ¡Déjaaameee tontoooo!
¡No soy tu amigo!...
A lo lejos volvió a oírse ... ¡Nooo soooy tu
aamiiigo!
5. Cuando el padre de Jan se dio cuenta de lo
que estaba sucediendo, le dijo.
Fíjate hijo, escucha: ¡Jan te quiero!
A lo lejos se oyó ... ¡Jaaan teee quieeero!
¡Jan eres fantástico!
I a lo lejos volvió a oírse ... ¡Jaaan eeerees
fantaaasticoooo!
6. Entonces Jan le pregunta a su padre:
¿Por qué a ti te dice cosas buenas y a mí no?
Mira Jan, las personas mayores a este efecto lo
llaman el “efecto ECO”, pero en realidad
eso es la VIDA,
lo que tú le das la VIDA te lo devuelve.