Gracias a la irrupción de las nuevas tecnologías, el periodismo ciudadano se ha convertido en un concepto muy en boga en los últimos años, que ha venido para quedarse. Sin ánimo de compararnos con los periodistas profesionales, que acumulan años de estudio y de experiencia, cualquier ciudadano tiene el derecho y el deber de alzar su voz ante las injusticias y desigualdades de la sociedad o frente a los errores y desmanes de las administraciones públicas.
El periodismo ciudadano es una poderosa herramienta de reivindicación y denuncia, siempre que se sepa usar con acierto y precisión. He aquí unas cuantas normas, que lejos de ser dogma de fe, pueden servir de guía al reportero o reportero solidario, que organizaremos en cuatro grupos: Normas informativas, normas técnicas, normas prácticas y recomendaciones respecto a Internet.
2. Talento Vivo Manual de Estilo para Reporteros Solidarios
Gracias a la irrupción de las nuevas tecnologías, el periodismo ciudadano se ha
convertido en un concepto muy en boga en los últimos años, que ha venido para
quedarse. Sin ánimo de compararnos con los periodistas profesionales, que
acumulan años de estudio y de experiencia, cualquier ciudadano tiene el
derecho y el deber de alzar su voz ante las injusticias y desigualdades
de la sociedad o frente a los errores y desmanes de las administraciones
públicas.
El periodismo ciudadano es una poderosa herramienta de reivindicación y
denuncia, siempre que se sepa usar con acierto y precisión. He aquí unas cuantas
normas, que lejos de ser dogma de fe, pueden servir de guía al reportero o
reportero solidario, que organizaremos en cuatro grupos:
1) Normas informativas
• Sé objetivo: Intenta mostrar la realidad tal cual es. No trates de quitar ni
aportar nada a los hechos, ni de maquillarlos mediante la imaginación, porque
en ese caso se convertirán en ficción.
• Contrasta: No te fíes nunca de la primera versión de una noticia, aunque te
llegue de una fuente oficial. La mayoría de fuentes lo son de forma
interesada. Intenta contrastar la información, haz llamadas, contacta con
gente que tenga diferentes puntos de vista, recaba toda la documentación
posible, hasta que tengas una visión precisa del contexto general que
envuelve a la noticia y sepas distinguir entre lo que es rigurosamente cierto y
lo que no lo es.
• Muestra tu propia visión: Aunque te ciñas a los hechos extraídos de la
realidad, debes escribirlos y describirlos desde tu propio e intransferible punto
de vista. Aporta a tus textos algo de tu perspectiva personal, salpiméntalos
con emociones, acciones o ejemplos de tu día a día. Ten presente que a las
personas nos gusta que nos cuenten historias y no leer asépticas entradas de
un manual médico.
• Respeta a tus fuentes: Una de las claves del periodismo es conseguir y
conservar el mayor número de fuentes posible, ya sean personales,
documentales, etc. Son las que nos nutren de noticias y las que las sostienen
con datos y declaraciones. Por eso la regla de oro es: "Respeta a tus fuentes
por encima de todas las cosas". No te olvides nunca de citarlas en la
información y, en el caso de que quieran preservar su intimidad, no seas tú
quien las delates. Intenta transcribir de forma literal sus declaraciones y no
saques de contexto o tergiverses sus palabras.
• Sé tu propio editor: La mayoría de los acontecimientos son noticiables, pero
no todos son dignos de ser noticia. Debes evitar ser arrastrado por tus deseos,
frustraciones u objetivos individuales a la hora de abordar una noticia y
adquirir un pensamiento crítico. Pregúntate si lo que vas a contar puede
interesar a otras personas. Relee lo que escribes y analiza si se ajusta a la
realidad, si es digno de ser noticia o si no podría enriquecerse con voces
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contrapuestas o complementarias. Lo que nos parece apasionante a nosotros
no siempre lo es para los demás.
• Escribe con corrección: Para que los lectores puedan entenderte, es
necesario que uses una gramática correcta, pero también que tus textos no
estén trufados de vaguedades, imprecisiones o divagaciones. Ve al grano,
intenta ser conciso, escribe frases cortas y evita en la medida de lo posible las
subordinadas. Y, sobre todo, cíñete a lo que quieres contar y no te pongas a
relatar las batallitas de tu abuelo, que por muy interesantes que te parezcan,
pueden provocar sopor entre el respetable.
• Establece una estructura: Una noticia no difiere mucho en su esqueleto de
un cuento o de un guión de cine. En el primer párrafo se introduce una mayor
abundancia de datos para que el lector pueda comprender el contexto de lo
que se le cuenta (las famosas seis W: qué, cómo, dónde, por qué, quién,
cuándo). En el nudo de la noticia se desarrollan estos elementos cardinales,
sustentándolos con declaraciones, estadísticas, comentarios, etc. Por último,
se busca un final coherente, que al contrario que en otros géneros, no suele
incluir una moraleja, al menos de forma explícita. Los periodistas y narradores
con más pericia y años de práctica suelen alterar esta estructura a su antojo,
aunque lo recomendable para el que empieza es que se ciña a ella. Inicio,
nudo y desenlace. Ése es el armazón. Síguelo y tendrás la garantía de haber
armado una construcción periodística sólida.
• Firma siempre tus textos: Tanto para demostrar que son tuyos como para
dotarlos de credibilidad. Un texto coherente requiere de varias horas de
búsqueda de información, reflexión, análisis y escritura. Pero sin firma se
convierte en algo indefinido, sin padre. Por eso el lector confía poco en una
creación sin autoría. No sabe si es obra de un robot, de un gabinete de
comunicación o ha sido fusilada de internet. En el otro extremo están los
textos apócrifos. No utilices nunca un seudónimo a la hora de escribir, a no
ser que seas poeta. Si no eres capaz de defender con tu nombre tus propios
escritos, es que te avergüenzas de ellos.
2) Normas técnicas
• No escribas en mayúscula: Ni en los titulares ni el cuerpo del texto, salvo
que se trate de unas siglas o de una palabra que lo requiera. Las mayúsculas
enturbian la lectura y dan sensación de falta de profesionalidad. Y lo mismo
es aplicable a las cursivas. Si quieres destacar alguna parte del texto, hazlo
siempre en negrita.
• Las negritas, limitadas: Las palabras resaltadas en negrita en un texto son
muy eficaces para darles relevancia y para posicionarlas en los buscadores de
Internet, siempre que no abuses de ellas. Si hay una sobreabundancia de
negritas, el texto se ensucia y, al igual que en el caso de las mayúsculas, lo
hace poco atractivo para su lectura.
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• Evita las erratas: Las faltas de ortografía y los errores gramaticales matan
la legibilidad del texto. El lector deja de concentrarse en su contenido, justo
en el momento en el que se había olvidado incluso de que estaba leyendo,
para centrarse en la errata en cuestión. Si, pasadas unas líneas o párrafos
encuentra otra incorrección, no podrá pensar menos que el texto está hecho a
salto de mata, lo que a la postre le restará credibilidad. Está bien usar el
corrector ortográfico de tu procesador de textos, pero no olvides que es una
máquina y habrá cosas que se le escapen. Relee tus textos tantas veces como
lo creas oportuno, hasta que quede pulido por completo.
• No uses formatos raros: Si tienes que mandar un texto o una fotografía a
alguien, usa los formatos habituales (.doc para el texto y .jpg para las
imágenes). De lo contrario, podrías provocar que la información no pueda ser
utilizada por tu interlocutor y, por lo tanto, que no sea efectiva. No todos los
usuarios usan los mismos programas informáticos, pero hay algunos
estándares que casi todos podemos emplear. Aunque es una práctica habitual
entre los mismos profesionales de la comunicación, tampoco debes usar
formatos que impidan extraer o manipular los textos con facilidad, como los
PDF, a no ser que sean sólo de lectura y no estén hechos para ser
manipulados (como el caso de esta guía).
• Usa palabras clave: Cada texto tiene sus palabras clave, que vienen muy
bien para posicionarlo en Internet, pero también para que el lector sepa de
qué va el asunto. Debes intentar utilizarlas en el titular, en el primer párrafo,
en el cuerpo del texto y hasta en el nombre de la imagen (separadas por
guiones). Aunque, como en casos anteriores, no es cuestión de abusar.
• Desarrolla las siglas: No puedes soltar la abreviatura o acrónimo de una
institución, asociación u ONG (Organización No Gubernamental) sin explicar
entre paréntesis qué significa, sobre todo cuando se trata de un colectivo
poco conocido para el gran público.
• Imprime coherencia a los textos: Las partes de un textos pueden hacer
referencia a hechos independientes unos de otros, pero no están aisladas
entre sí. No puedes escribir el nombre de una persona en un titular y no
incluir en el subtítulo su cargo o no repetir en el primer párrafo de la
información ambos datos. El lector tiene que tener claro de quién o qué
estamos hablando. Si el tema trata de la labor de una asociación, no es lógico
sacarla a colación en el quinto párrafo. Debes hablar de ella en el primero o
como muy tarde en el segundo. Trata de jerarquizar la información: primero
los datos más relevantes y, en orden descendente, los menos importantes.
• No fusiles textos ajenos: Internet nos facilita el acceso a millones de textos
y fuentes, y a veces nos sentimos tentados de apropiárnoslos como si fueran
de nuestra cosecha. Si te gusta una idea que has leído en alguna parte, no la
copies tal cual, reflexiona sobre ella y dale tu toque particular. Si se trata de
datos estadísticos, no olvides incluir en tu información el nombre de la fuente,
al igual que cuando incluyas declaraciones de un experto o de un implicado
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directo en la noticia. Las opiniones son libres, pero hay que valorarlas como se
merecen, que es lo mismo que alabar a quien las ha expresado.
3) Normas prácticas
• Todo lo que necesitas está en tu móvil (inteligente): Una cámara de
fotos, una grabadora digital, acceso a la mayor base de datos del mundo, etc.
La tecnología puede ser tu mayor aliada, así que no dudes en usarla. Pero
puede fallar, por lo que es bueno tener siempre a mano una libreta y un
bolígrafo.
• Fíjate en tu entorno: Casi todo es susceptible de ser noticia, pero cualquier
ciudadano da más importancia a lo que pasa en su barrio que a cualquier
suceso acaecido en África o Australia. Formamos parte, queramos o no, de
una narración colectiva, que es de menos intensidad a medida que nos
alejamos de su centro, que somos nosotros mismos. Debes, por tanto, de
empezar a preguntarte cuáles son las preocupaciones de tu vecino de planta
o del tendero de la esquina. Si persistes, ya tendrás tiempo de llegar a ser
corresponsal en algún país exótico. De momento empieza por tu barrio.
• Acércate: Cuanto más cerca estés de la noticia, más precisa será la
información que recabes, las fotografías que tomes o el vídeo que grabes. No
sientas vergüenza o miedo a la hora de hacer preguntas o de estar demasiado
próximo a los hechos. Son faltas que un periodista no se puede permitir. Ten
en cuenta que el 'no' siempre lo tienes por respuesta, pero hay 'síes' que te
pueden abrir la puerta de lugares nunca imaginados.
• Curiosidad, curiosidad y curiosidad: Es el motor del periodismo. Si no
tienes curiosidad, difícilmente podrás llegar a conocer las historias que
pretendes contar a los demás, a no ser que te lleguen caídas del cielo (como
un árbol que se derrumba sobre tu coche tras ser fulminado por un rayo o un
platillo volante que aterriza en tu azotea). Pregunta, escucha, indaga,
muévete, lee, ve a sitios, desde actos culturales, pasando por mítines políticos
a reuniones de tu comunidad de vecinos. En cualquier parte hay una noticia,
falta que tú adquieras el instinto que te permita verla. Debes tener mente de
principiante y no quedarte nunca con la duda.
4) Recomendaciones respecto a Internet
Las nuevas tecnologías son ya parte indisoluble del desempeño periodístico, para
bien o para mal. Sin embargo, Internet en general y las redes sociales en
particular se usan en muchas ocasiones de forma negligente, ofreciendo una
ingente cantidad de basura entre la que es difícil encontrar algo de utilidad.
Nunca viene mal, en cuanto que usuarios y agentes comunicadores, adquirir una
serie de pautas constructivas, que harán de la llamada nube un espacio más
amigable.
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Transcribo aquí una serie de recomendaciones hechas por el experto en
informática y artista Jaron Lanier, recogidas en su libro 'Contra el rebaño digital'
(Debate, 2011).
• No postees comentarios anónimos a menos que realmente puedas correr
algún peligro.
• Si te esfuerzas por colaborar en las entradas de Wikipedia, esfuérzate todavía
más en usar tu propia voz y tu expresión personal fuera de wiki para atraer a
personas a las que puedan interesarles los temas a los que has contribuido.
• Crea un sitio web que exprese algo sobre ti que no encaje en el molde
disponible de una red social.
• Cuelga de vez en cuando un vídeo cuya creación te haya exigido cien veces
más tiempo que el necesario para verlo.
• Escribe una entrada de blog que te haya exigido semanas de reflexión hasta
que has oído la vocecilla interior que necesitaba salir.
• Si tuiteas, trata de innovar buscando una forma de descubrir tu estado
interior en lugar de recurrir a sucesos externos, para evitar el peligro de creer
que los sucesos descritos objetivamente te definen, de la misma manera que
definirían a una máquina.
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