Presentación para hablar sobre el clima y actividades de Holanda. Holanda goza de un delicado clima oceánico, con suaves variaciones térmicas a lo largo del año. Los inviernos son bastante fríos, con temperaturas que oscilan entre los 0°C y los 5°C, siendo frecuentes las nevadas y las heladas. Por el contrario, los veranos son agradables y templados, con medias que se sitúan entre los 18°C y los 22°C. Las precipitaciones se distribuyen de manera uniforme a lo largo de las estaciones, alcanzando una media anual de 800 milímetros. Un elemento distintivo del clima holandés es el viento, que sopla con regularidad desde el cercano Mar del Norte, otorgando a sus paisajes una atmósfera característica. En cuanto a las actividades deportivas, Holanda es una potencia indiscutible a nivel mundial. Su selección de fútbol, conocida cariñosamente como "Oranje", ha sido subcampeona en tres Copas del Mundo (1974, 1978 y 2010), convirtiéndose en una de las grandes fuerzas del balompié internacional. Asimismo, el hockey sobre hierba goza de un arraigo profundo en la cultura deportiva del país, contando tanto el equipo masculino como el femenino con un extenso palmarés de medallas olímpicas y campeonatos mundiales. El ciclismo es otro de los grandes emblemas holandeses, con numerosas figuras de élite que han protagonizado hazañas memorables en el Tour de Francia y otras grandes competiciones. Por último, disciplinas como el patinaje de velocidad y la vela también alcanzan un nivel sobresaliente en esta nación, cuyos logros deportivos la sitúan como una de las potencias a tener en cuenta en el panorama global. Ademas, Holanda tiene un clima oceánico característico, con temperaturas moderadas a lo largo del año. Los inviernos son fríos, con posibilidad de nieve y heladas, y las temperaturas rondan entre 0°C y 5°C. Por el contrario, los veranos son suaves, con medias entre 18°C y 22°C. Las precipitaciones están bien repartidas a lo largo del año, con una media de 800 mm anuales. El viento, proveniente del mar del Norte, es también un elemento distintivo del clima holandés. En cuanto a la biodiversidad, Holanda alberga una gran riqueza natural a pesar de su pequeño tamaño. Sus humedales costeros, como los archipiélagos de las islas Frisia, son hábitats de gran importancia ecológica, hogar de diversas especies de aves migratorias y ecosistemas únicos. Asimismo, los prados y bosques del interior del país cuentan con una variada flora, destacando la presencia de tulipanes, narcisos y otros bulbos florales que son un símbolo de Holanda. Los parques nacionales y reservas naturales de Holanda permiten disfrutar de este importante patrimonio natural.