La relación directa con el entorno no es condición sine qua non en los proyectos de aprendizaje-servicio, pero hasta ahora nos costaba imaginar qué tipo de impacto real podían tener las prácticas solidarias a distancia. Actualmente la situación de confinamiento ha cambiado esta percepción, porque nos ha llevado a explorar sin prejuicios las posibilidades del compromiso cívico de los niños, niñas y jóvenes cuando se aplica sin el componente de la proximidad.