1. Queridos amigos:
Parece que vivimos en un país en el que si no hay follón no podemos conciliar el
sueño. Aparentemente todo está en calma, pero oyes los comentarios de unos y otros y te das
cuenta que la gente no está tranquila y que puede haber follón en cualquier momento. Por
ejemplo, ahora empiezan a aparecer movimientos que buscan la independencia de Katanga.
Habían anunciado para el 30 de Junio, día de la Independencia del país, una marcha en
Lubumbashi para pedir la Independencia de Katanga. Parece que ya han formado incluso un
partido político cuya finalidad es alcanzar ese objetivo. Esa marcha no tuvo lugar pero ya ha
habido enfrentamientos con los militares que se ha saldado con varios muertos.
En el poblado al que voy a celebrar la misa todos los
domingos que puedo, que está a unos 8 Km de casa, un día
organizaron un “fregado” de campeonato. Son gente que no se
mueve ni empujados por una pala mecánica, aunque para algunas
cosas son muy atrevidos y valientes. Ocurrió que murió el Jefe de
la tribu y tenían que elegir a su sucesor. El grupo de notables, que
son los que se ocupan de estos trámites, propusieron dos
candidatos, y los de “mi” pueblo no estaban conformes con uno de
ellos, al que además le propinaron una soberana paliza un día en el que se atrevió a pronunciar
un mitin proponiendo su candidatura para que le votaran, y como consecuencia de tal incidente
estuvo ingresado en el hospital durante diez días. Pero para colmo de males fue él quien
finalmente salió elegido. Afortunadamente, vive en otro pueblo bastante distante.
El nuevo Jefe tuvo que nombrar su “gobierno” y había nombrado como Primer Ministro,
también llamado “el jefe de las tierras”, a una persona no querida en “mi pueblo”. Al que se le
denomina como el “jefe de las tierras” tiene como misión otorgar los terrenos necesarios a los
que se quieren instalarse en el pueblo o proporcionar las tierras de cultivo a quien las solicite. Al
mismo tiempo es el encargado de recoger las ofrendas que los agricultores deben ofrecer
anualmente al Jefe en agradecimiento por permitirles cultivar en ellas, pero como sucede
corrientemente, parte de esas ofrendas se queda en su casa, en lugar de llegar a su destino, como
“olvidadas”, pero que se reparten entre los miembros de su familia.
Había dos familias que pretendían el mismo puesto, una, la partidaria del Jefe y la otra, los de
la oposición, que pretendía que este puesto recayera en algún miembro de su familia y se
enfrentaron en una fuerte discusión que parecía provocar la división del pueblo.
Nº124
2. Un militar, que no sé si no estaba borracho, cosa que es bastante habitual en ellos y no
conocía bien lo que estaba ocurriendo, por temor a que la discusión diera origen a un serio
enfrentamiento, quiso hacer las paces entre los que estaban enfrentados y viendo que la
discusión tomaba un cariz alarmante, temiendo también por su vida, disparó el arma y mató a
uno de los pretendientes, hiriendo a otros más. En mala hora. Los del poblado no se cruzaron
de brazos. Un miembro de la familia perjudicada, fue a casa, agarró el machete, se acercó al
grupo y de un machetazo en la cabeza, lo
dejó seco al momento, además cogió el fusil
del militar y se escaparon todos a la selva
ante el temor de que llegaran refuerzos y
fueran apresados por los militares.
Efectivamente, al poco tiempo
apareció un camión de militares y a los que
no huyeron les golpearon salvajemente y
como no quedaban hombres entre los que se
habían atrevido a permanecer en sus casas,
detuvieron a las mujeres, las robaron cuanto
tenían de valor, se apoderaron de sus cabras y gallinas, y por la noche fueron visitando las
chozas, una a una, exigiendo grandes cantidades de dinero si no querían ser golpeados de nuevo.
Son todos katangueses, sin embargo pertenecen a tribus distintas y de ahí la pugna por
conseguir ser nombrados los sucesores del jefe fallecido o al menos miembros importantes de
su nuevo “gobierno”. Detuvieron a unos cuantos que consideraron que podían ser los
cabecillas del enfrentamiento y se los llevaron presos a su cuartel. Y aquí… no ha pasado nada.
Las autoridades miran hacia otro lado y nadie quiere líos, pero todos los provocan. La gente del
pueblo se escapó a la selva porque los militares no se dejan humillar fácilmente.
Sabía que había follón y que los cristianos éramos acusados de ser los promotores de le
reyerta pero no me pareció correcto no presentarme en esas circunstancias y el domingo fui para
celebrar la misa. Vi que había bastantes militares en el pueblo. Algunos de ellos me intentaron
parar porque no me conocían, pero no les hice caso y seguí mi camino hasta la capilla.
Los partidarios del nuevo Jefe se aprovecharon de
esta circunstancia para vengarse de sus contrarios,
vaciaron sus casas, las quemaron, robaron todo lo que les
interesaba e incluso fueron a buscarles con los militares a
los campos que cultivaban, que están alejados del pueblo.
Allí detuvieron a los oponentes, les arrearon una buena
paliza y les llevaron detenidos, acusados todos ellos de ser
los promotores de los disturbios. Una de las víctimas era nuestro catequista.
Estuvo encerrado 10 días, en una habitación que sólo tenía un ventanuco por el que
entraba un poco de luz, sin WC, compartiendo la estancia con otros detenidos, alimentado por lo
que le llevaban sus familiares, porque el Estado no alimenta a los presos, y al final le dijeron
que él no tenía ninguna culpa, que le habían encerrado sin motivo, que podría salir de la cárcel
pero que tendría que pagar algo por las molestias que había ocasionado por su encierro.
Su mujer vino a pedirme que le ayudara y yo creyendo que no sería una cantidad grande,
le ayudé con 50 $ pero cuando unos días más tarde vino el catequista a saludarme, me dijo que
había tenido que pagar 1.200 $, sin que le dieran ningún recibo y al preguntarle cómo había
conseguido reunir esa cantidad, me dijo que toda la familia: hermanos, primos, tíos, abuelos,
sobrinos, todos se habían puesto en movimiento para conseguir la suma que le proporcionaría la
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libertad. Todavía no ha vuelto al pueblo porque no sabe cómo podría ser recibido y está alojado
en casa de un pariente en la ciudad.
Allí ha estado durante un mes y luego ha vuelto a los campos que cultivaba. No se atreve
a entrar en el pueblo y tampoco quiere que le reciban como si no hubiera pasado nada. Está
traumatizado. Fui a visitarle, caminando algo más de dos horas, entre campos, malezas y selva.
Se alegró de verme. Vive con su mujer y dos nietos, unas gallinas y unas cabras, pero no quiere
saber nada ni del pueblo, ni de la comunidad cristiana ni de nada que le recuerde su pasado.
Comimos unas cañas de azúcar que las tenía guardadas ya que me resistí a que sacrificara una
gallina y después de pasar parte de la mañana con él regresé al pueblo a eso de media tarde para
coger el coche y llegar hasta casa.
Por mucho que intento mostrarles que esos enfrentamientos no conducen a nada y que
no hacen sino aumentar el odio y los deseos de venganza, y con ello, la pobreza y la miseria, no
me hacen caso y nuestra escasa comunidad cristiana se ha visto reducida a mínimos.
Teóricamente la misa debería comenzar a las 9h 30 y no comenzamos antes de las 10h 30
esperando a que haya un suficiente quórum con los que celebrar. De momento, me respetan. No
se meten conmigo y hablo con todos ellos, aunque algunos me revuelven las tripas y tengo que
hacer un esfuerzo por mantenerme en calma porque sé que son los que se están aprovechando
del momento, atemorizando a los “contrarios” y robándoles sus escasos ahorros,
proporcionándoles unas soberanas palizas, apoderándose de sus pocos bienes y acusándonos a
todos nosotros de ser los instigadores de los enfrentamientos.
Nosotros seguimos con líos. Al actual Presidente le gustan los viajes, no para, ya le
echan en cara que ya se ha gastado el presupuesto del año, pero sigue adelante. Aparte de los
viajes al extranjero, también se desplaza por el interior del país visitando cada provincia,
haciendo promesas de todo lo que va a hacer, ganándose simpatizantes ya que no los obtuvo
cuando tuvieron lugar las elecciones.
Esta semana pasada ha estado en Goma, y
a la vuelta, el avión que le acompañaba, un
Antonov, se ha pegado la gran torta y han
perecido todos los ocupantes. No hay noticias
seguras de lo ocurrido, pero hay toda clase de
versiones. La más socorrida es que ha sido un
sabotaje ocasionado por el antiguo Presidente
Kabila, cosa que podría ser verdad, y ha
ocasionado serios disturbios en la capital,
Kinshasa, con quema de neumáticos, barricadas,
etc. Afortunadamente sin víctimas mortales. Han creado una comisión
especial para estudiar cuáles han podido ser las causas, porque la
gente está muy excitada y dispuesta a manifestarse de nuevo por las
calles de la ciudad.
Otros hablan de que allí iba el coche blindado del Presidente,
que dicen pesa toneladas. También hablan de que como era un avión
de carga, mucha gente se había subido para no pagar el billete
ordinario y que había sobrecarga. Cosa que también ocurre con
frecuencia, porque no hace ni un mes, descarriló un tren de
mercancías hecho que ocasiono 15 víctimas, en un principio se había
hablado de incluso 50, y más de 200 heridos. La cuestión es que haya
follón para romper la monotonía del día a día.
Es cierto que tenemos un nuevo gobierno pero da la impresión que nada ha cambiado,
todo transcurre como en los tiempos antiguos. La corrupción es la moneda corriente que se
4. emplea en todos los órdenes y la vida de las personas está siempre en poder de las personas que
solo buscan hacer negocio y disfrutar de los placeres de este mundo.
Normalmente un tren mercancías sirve para el transporte de artículos comprados en otra
provincia o que son para la venta en su lugar de destino: madera, minerales, aceite, estructuras
metálicas, maíz, etc. en el que viajan el maquinista y algún trabajador de la sociedad de
ferrocarriles pero aquí es una forma de viajar a bajo costo, porque todo se soluciona con dar una
propina al maquinista y al jefe de estación que les permite subirse al tren, para poder viajar
tranquilamente, sentados sobre cualquier saliente que les permita reposar sus posaderas, a veces
sobre el techo de los vagones si estos son cubiertos o con las piernas colgando hacia el exterior
si se trata de vagones abiertos y desde donde se pueden expulsar nuestros “residuos
fisiológicos” puesto que no disponen de un WC para esos usos.
Por otra parte, las vías fueron rectas y bien paralelas durante ciertos años después de su
puesta en marcha, pero actualmente los trenes tienen prohibido circular a más de 40 Km. hora
para evitar accidentes graves, ya que cuando se mira a la vías desde lejos en un trayecto largo,
parecen como arrugadas y cuyo paralelismo es difícil de encontrar. En estas circunstancias, los
pasajeros no reciben ningún documento o billete, que acredite su desplazamiento ya que todo se
arregla a “lo compadre” y en caso de accidente, cada uno corre con todos los gastos sin poder
exigir nada a la empresa. Se llora a los muertos, se enderezan las piernas rotas y la vida sigue.
Esta forma de actuar es tan corriente que nadie se lleva un sofoco porque haya tantas muertes
o hayan quedado tantas personas desgraciadas para toda la vida.
Algo parecido ocurre con las barcazas que continuamente surcan el rio Congo. Las
cargan por encima del máximo con la intención de hacer buenos ingresos, donde va de todo:
mercancías, animales, personas y éstas tienen que ir bien quietas porque cualquier movimiento
de la embarcación hace que el agua entre en su interior porque la barcaza va al límite, con
apenas algunos centímetros entre el agua y el borde de la misma. Si hay un poco de viento que
levante olas, por pequeñas que estas sean, son lo suficiente para que el agua entre en la barca y
al final ésta se hunde. Esta semana se ha hundido una de estas barcazas ocasionando más de 40
desaparecidos. Y una vez más, aquí no pasa nada. Nos hemos acostumbrado a lo ilícito y no nos
asustan los muertos. Las lamentaciones vienen después y solo si unos de los fallecidos es
miembro de la familia. Todos los ministros hablan de hacer grandes reformas, que van a castigar
seriamente a los culpables, pero todo sigue igual.
La afición por el dinero es algo incansable, indescriptible. Y para certificar lo que os
digo, os voy a contar una anécdota de algo que ocurrió en nuestra parroquia. Un fiel de una
secta se separó de la misma porque el pastor de dicha iglesia no repartía bien lo que se sacaba en
la colecta y se propuso ser él mismo el pastor de una nueva iglesia explicando a los fieles que
había recibido una comunicación de lo Alto y se veía en la obligación que fundar otra nueva
porque a la que asistía no le llegaba la fuerza del Espíritu.
Pero a su nueva iglesia no venían muchos
fieles y la colecta era bastante pobre. Fue a
consultar un adivino muy conocido y le mandó
beber unas medicinas preparadas por él durante
varios días. Al cabo de un tiempo vio que
aumentaba el número de fieles en la iglesia y se
alegró porque eso suponía una “bolsa” más abundante. Su mujer se puso mala y acudió al
mismo adivino y éste consiguió curarla. Fueron pasando los meses y ahora, fue la mujer del
adivino quien enfermó. Acudió al pastor para que rezara por ella y alcanzara la curación. Así lo
hizo, pero la mujer seguía enferma y la enfermedad parecía agravarse. Tan es así que falleció
poco tiempo después.
5. El adivino se sintió engañado por el pastor y le pidió que le pagara el trabajo que había
efectuado y que le había proporcionado una gran asistencia a su iglesia. Pero el pastor se hacía
el remolón y pasaba el tiempo sin que le diera lo convenido.
Cansado de tantas peticiones sin resultado, le amenazó y ante las amenazas el pastor le
denunció al adivino. Los fieles se molestaron porque el pastor, “un hombre de Dios”, llevara a
alguien a los tribunales y fueron abandonando su iglesia. Mientras tanto, el adivino contrató a
un grupo de bandidos para que intentaran recuperar su dinero por las buenas o por las malas.
Una noche llamaron a su puerta y desde fuera, le explicaron al pastor el motivo de la
visita y en el caso de que no pagara lo convenido romperían la puerta entrarían en casa, le
robarían todo cuanto tuviera de valor además de proporcionarle una buena paliza. El pastor les
dijo que terminaría la deuda a la mañana siguiente cuando abrieran el Banco y los bandidos le
dejaron en paz.
Pero el pobre pastor no tenía el dinero convenido porque había disminuido la feligresía y
como no quería exponerse a que fuera dañada su integridad física, se escapó a otra ciudad y dejó
a la mujer y a sus hijos en casa ya que no tenía dinero para pagarles el viaje a todos.
La mujer no estaba tranquila. Temía que los malhechores volvieran por la noche, y se fue
a refugiar en casa de un pariente. Efectivamente, llegaron los bandidos pero no encontraron a
nadie y trataron de enterarse entre los vecinos para saber dónde habían huido. Uno de los
vecinos les dio una dirección pero resultó no ser la acertada ya que allí llegaron los de la banda
dispuestos a dar una lección a quien les había engañado. Serían como las tres de la madrugada,
llamaron a la puerta, y el que estaba en la casa entreabrió una ventana para ver quien le
molestaba a esas horas y vio a cuatro fortachones armados con barras de hierro, dispuestos a
echar la casa si ofreciera resistencia y sin abrir la puerta y trató de saber a quién buscaban y por
qué le atacaban a él, quien no recordaba tener ninguna cuenta pendiente con nadie.
Ellos exigían que saliera el pastor y les costaba creer que no estuviera escondido en su
casa. Después de muchas discusiones a través de la ventana, al final les abrió la puerta para que
vieran por ellos mismos que efectivamente, estaba solo y no tenía nada que ver con el pastor.
Entraron, registraron la casa y vieron que era cierto lo que decía y se despidieron. Pero la noticia
llegó a la familia que pernoctaba en un lugar cercano y a la mañana siguiente desaparecieron
porque estaban seguros de que al final les iban a encontrar. Nadie sabe dónde se escaparon ni el
lugar en el que reside el pastor, pero todo el mundo dice que algún día caerá en manos de los
bandidos y le harán pagar por el tiempo que están perdiendo con su causa.
FELICES NAVIDADES - ZORIONAK
Un abrazo
Xabier