PRESENTACION PLAN ESTRATEGICOS DE SEGURIDAD VIAL - PESV.pdf
¿AD volverá al poder? ¿Por qué se derrumbó? Documento de 1994
1. 1
ACCIÓN DEMOCRÁTICA
ES HORADE CAMBIAR…
ANTES QUE SEA TARDE
Jesús Seguías
Guayana, Enero 1994
Nota: * (Dentro del documento intercalo algunas frases (en letras rojas) que a la
fecha de hoy dan contexto actualizado a lo que escribí hace casi 30 años).
I. Por qué se derrumbó AD
Los resultados de los últimos procesos políticos y electorales en los
cuales AD ha sido derrotada no son más que la natural consecuencia
de una crisis profunda que padece nuestro partido, y que
transciende al fenómeno electoral.
Insistir en encontrar explicaciones electoralistas,superficiales,
limitándose a enumerar factores técnicos y casuales, a un hecho que
es esencialmente político y de principios, es persistir en ignorar las
raíces verdaderas del trance de Acción Democrática; para ser más
exactos, es querer desentenderse y no enfrentar con madurez la
delicada situación que vivimos. Y el pueblo acciondemocratista no
acepta más equívocosy palos de ciego. * (4 años después,los
adecos votaron masivamente por Hugo Chavez).
2. 2
El margen de las equivocaciones se nos agotó. O tocamos fondo ya,
o estaremos declarando definitivamente la disolución (seguramente
paulatina) de Acción Democrática, o lo que algunos definen como la
“uerredización” delpartido.
Es necesario señalar que AcciónDemocrática ha abandonado las
razones que fundamentan a un partido político. En primer lugar, hace
mucho tiempo que en la organización no se discute la POLÍTICA. Por
el contrario, nuestras controversias en los últimos 15 años han girado
esencialmente en torno al tema electoral, lo cual no infiere
necesariamente lo mismo.El léxico partidista se ha limitado
dramáticamente a “votos”,“aspirantes”,“candidatos”,“padrón
electoral”, “operación satélite”, “operación mosca”, “acta mata votos”,
y “adeco que no aspire no es adeco”.
Las tesis programáticas, que convirtieron a Acción Democrática en la
fuerza líder de las libertades públicas y de la democracia, de la
reivindicación histórica del campesinado y los trabajadores, del
nacionalismo y el antiimperialismo, fueron superadas por los
cambios que la misma Acción Democrática impulsó en el país * (Y
también por los cambios vertiginosos que se venían registrando en
todo el planeta).Y lo más grave: nadie se encargó de actualizarlas y
reemplazarlas por otras de mayor vigencia, como corresponde a
todo movimiento político moderno.
Al parecer, la mayoría del liderazgo, y posteriormente la misma
militancia, se embriagó con la fastuosidad que generaba un estado
económicamente poderoso, olvidando los quehaceres políticos. A
partir de ese momento, la gran orquesta política que era AD se
quedó sin partitura, y cada músico terminó tocando su propia
melodía e instalando su propio combo.* (El liderazgo colectivo
3. 3
comenzó a desvanecerse y fue reemplazado por un liderazgo
individual de clara orientación mesiánica y neo-caudillista).
A decir verdad, ya no había ningún propósito común que
amalgamara a la militancia y la condujera hacia objetivos políticos
colectivos.De allí que el partido político de ayer dio paso a la
federación de proyectos individuales de hoy.
Nuestro liderazgo, al igual que en los demás partidos políticos,se vio
afectado por el síndrome del “estado rico”. Los partidos políticos en
Venezuela están minados de directivos, en su mayoría con grandes
limitaciones políticas,pero no de líderes. * (A decir verdad,los
líderes políticos se trastocaron en simples dirigentes “busca puestos”
o “cuida puestos”).
Tenemos burócratas que sólo actúan mientras tienen los bolsillos
llenos, pues cuando los tienen vacíos -tal como ocurre hoy- se les
agotan las políticas y el liderazgo también. Su liderazgo va
íntimamente relacionado con su poder económico.
Mientras ese “liderazgo” amasó jugosos recursos (ajenos en su
mayoría) no importaba tener conocimientos políticos (no nos
referimos a conocimientos literarios o universitarios, pues Rómulo
Betancourt fue uno de los más brillantes políticos de América Latina
y nunca tuvo un título universitario).
Para ese liderazgo no importaba la capacidad gerencial para dirigir a
las organizaciones durante la adversidad, pues había un absoluto
desprecio por la inteligencia; cualquier compañero que tuviese el
atrevimiento de “pensar” era declarado como un individuo
sospechoso; y generalmente, cuando se domaba a su rebeldía,era
asignado a una “comisión de ideología”, algo parecido a un exilio de
4. 4
poetas, que lo mantuviese alejado de los demás compañeros del
partido para evitar el contagio.
Por supuesto,siempre han existido los políticos que,por su excesivo
teoricismo, quedan aislados de la organización, de sus compañeros,
y generalmente terminan despreciando a la militancia común,
olvidándose de una máxima de la política y de la vida en sociedad:
“si rechazas, con recriminaciones permanentes al grupo social donde
te desenvuelves terminaras siendo rechazado por el grupo”. Y, por
otra parte, el “aparato” considerado el alma y razón de ser del
partido de hoy, estaba reservado para los compañeros más
pragmáticos. Así,Acción Democrática se debatía tramposamente
entre dos alternativas que a la larga terminaban por ser igualmente
dañinas.
En ese entonces -recuerdo que hablamos de las décadas de los años
setenta y ochenta, hasta el 27 de febrero/89- no había problema
difícil que no tuviese solución para ese liderazgo porque todo se
resolvía con recursos abundantes. Así, era muy fácil ser político y
“dirigente”, y también aspirante a todos los cargos públicos. Todos se
consideraban “dirigentes”,“líderes”, pues hasta se había perdido el
sentido de las proporciones y de la autovaloración.
* La misma crisis política interna estaba generandoun vacío que
legítimamente quería llenarlo cualquier militante,aun cuando no
estuviesen mucha experiencia política.Hoy ocurre igual,la crisis de
os partidos ha convertido a la política en “tierra de nadie”)
Por esa falta de liderazgo real -al cual no escapa nuestro partido- fue
posible el 27 de febrero/89 (El “Caracazo”), pues la gente continuaba
exigiendo los recursos que antes afloraban con facilidad y ya nadie
se los daba. Asimismo, surgieron los intentos de golpes de estado, y
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por eso no pudo concretarse en su verdadera y sana dimensión el
viraje económico propuesto por el compañero Carlos Andrés Pérez.
Quedó en evidencia que en Venezuela lo que teníamos era un
liderazgo plástico, artificial, incompetente, gritón. Ese vacío de
liderazgo desorientó al país, lo paralizó, y hoy estamos postrados
ante la peor crisis de nuestra historia. Para decirlo en el argot de los
jugadores de dominó: el juego se trancó en Venezuela.
EN RESUMIDAS CUENTAS:
El partido político que crearon Rómulo Betancourt, Raul Leoni, y
tantos otros fundadores fue reemplazado por un “movimiento
electoral” cuyo objetivo fundamental era ganar elecciones, meta
que igual e indistintamente podría asumir un club social y
deportivo, o una junta de condominio.
La conquista del poder para transformar al país y convertirlo en
una nación desarrollada, dio paso a la conquista del poder con el
único propósito de preservarlo y usufructuarlo (es decir, el medio
se convirtió en un fin).
Las grandes legiones de luchadores sociales que hicieron célebre
a Acción Democrática hasta los años sesenta, fue sustituída por
una imponente “maquinaria” cazadora de votos, que sólo se
ocupaba del pueblo cuando se acercaba un proceso electoral; el
hombre-pueblo, que siente, sufre y reclama, se le quiso trastocar
mágicamente en un abstracto en insensible “hombre-voto”.
El tiempo que se dedicaba antes para el análisis y la investigación
política -herramienta fundamental para saber, por lo menos,
donde estábamos parados- fue ocupado por el más primitivo
pragmatismo, al extremo que ya no conocemos a Venezuela, ni
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sus potencialidades, ni sus perspectivas. Los clichés, la
superficialidad y los lugares comunes son la norma y no la
excepción.
Al no existir una meta política común, los intereses individuales y
los proyectos personales se potenciaron a niveles intolerables
para una organización política y social; por eso, muchos militantes
terminaron por aceptar que la única lealtad real que se
desprendía de su relación partidista era la que se generaba con el
compañero que aspiraba a ocupar algún cargo burocrático en la
organización o en la administración pública.
Esa lealtad hacia unos individuos terminó pervirtiendo la mística,
el compañerismo y la moral de aquel militante, explicándose de
esta manera el fenómeno del clientelismo, el oportunismo, y el
mercenarismo. Asimismo, las finanzas del partido terminaron
confundiéndose con las finanzas personales, y las colaboraciones
de los amigos de AD terminaban sufragando un proyecto
individual. Una manera fácil de legitimar la corrupción ¿verdad?
El dirigente, y muchos militantes, sufrieron una letal metamorfosis:
de servidores públicos pasaron a ser “servidos por el público”,
dueños absolutos del poder con capacidad discrecional para
hacer rico al amigo (o al socio) y liquidar mortalmente al
adversario.
Los acuerdos entre la dirigencia del partido no se producen en
torno a posiciones políticas determinadas sino a los parámetros
que indiquen los proyectos individuales. Los pactos ocasionales (y
efímeros) que se desprenden de esa ficticia “fraternidad” suelen
generalmente variar con la velocidad de la luz, y van al ritmo que
impongan los intereses de cada “aspirante” y no los intereses
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colectivos de la organización, por eso, cuando Acción
Democrática y el país exigían un acuerdo homogéneo para
enfrenar la crisis, lo que se brindó, por el contrario, fue un
espectáculo de enfrentamientos grupales sin ninguna relevancia
social y política. *(30 años después seguimos en la misma
situación)
Al perderse las metas políticas comunes, y al aflorar los proyectos
individuales, las bases del partido comenzaron a perder interés,
solidez y fundamento, quedando entredicho su soberanía sobre el
destino de AD. Así, la democracia interna -el único instrumento
que podía (y puede) garantizar el respeto a las decisiones
soberanas de la militancia, y la vital fluidez de las ideas- fue
reemplazada por aparatos autoritarios, mezquinos, fraudulentos y
corrompidos.
Finalmente, ¿qué fuerzas éticas podría tener una organización y
una dirigencia como la que hemos descrito para enfrentar la
tentación de la súbita riqueza proporcionada por el poder del
estado? ¿Y tratándose de la más importante organización política
y social de los últimos 50 años en Venezuela, hasta qué punto no
sería ésta una explicación oportuna a la crisis del estado
venezolano?
Toda esa locura y pérdida de perspectivas generalizadas condujo,
finalmente al desastre político, organizativo y ético que el pueblo
nos acaba de cobrar. * (Y condujo inevitablemente a la llegada del
chavismo al poder, con el apoyo de cientos de miles -quizas
millones-de acciondemocratistas).
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II. La nuevaAcción Democrática
1. La democracia interna para unanueva misión.
Creemos que la trascendental coyuntura histórica que sufre AD en
estos momentos, marcada -como lo señaláramos anteriormente-
por una inocultable obsolescencia de las tesis pragmáticas, y de
las teorías y políticas organizativas, y que obligan al diseño de un
nuevo programa político requiere, hoy más que nunca, de una
democracia interna vital, y de libre juego de opiniones que
permitan el enriquecimiento del debate, como única salida
posible a la reconstrucción de Acción Democrática.
* (La rotación dinámica de los dirigentes, especialmente cuando se
viene de una derrota o de una crisis, es uno de los principios
fundamentales contemplados en los partidos auténticamente
democráticos. En Venezuela y en América Latina esa opción sólo
es posible dividiendo al partido).
Cada día nos convencemos más de que la crisis de AD es una
crisis de democracia (lo cual, por rigor histórico, no debe
achacársele a una administración determinada sino a la natural
consecuencia de un partido que se quedó sin brújula política y
comenzó a anarquizarse), y que la democracia será el antídoto
más eficaz contra el liderazgo incompetente, la corrupción, el
abandono de las tareas políticas colectivas, y la aparición de los
proyectos individuales.
Sólo respetando las normas democráticas internas es como
haremos posible que la solución de la actual crisis se haga desde
adentro de nuestra organización, y no desde afuera, con sus
respectiva carga de enfrentamientos (sin querer perder, por
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supuesto, la necesaria autoridad que se requiere para que la
organización marche con coherencia, evitando la anarquía y el
debate grupal). El manejo equilibrado de la autoridad * (para
hacer respetar las decisiones colectivas) y la libertad serán las
claves del éxito.* (4 años después millones de de adecos se
decepcionaron de su liderazgo y voltearon la cara hacia Hugo
Chávez. En 2011, un estudio de Datincorp determinó que el 59%
de los chavistasproveníande AcciónDemocrática).
Una vez concretada la nueva misión política de AD, y renovadas
sus tesis programáticas -lo cual no implica automáticamente que
sean muy diferentes a las anteriores (total eso lo dirá la
discusión)-, entonces debemos proceder a adaptar a nuestra
organizacióna los retos y objetivos que genera la nueva misión.
Colocar un programa político moderno, conectado con el nuevo
milenio, en manos de una organización que correspondía a
objetivos ya superados históricamente, es condenar al fracaso
político al partido. La organización no puede ser una camisa de
fuerza para nuestros propósitos políticos. Por el contrario, la
organización tiene su justificación, su razón de ser, en la medida
en que sea un facilitador que permita desatar todo el potencial
político de los dirigentes y militantes.
O lo que es lo mismo, la organización siempre debe ser un medio
y no un fin en sí mismo. Hoy, por carecer de un “plan de vuelo”
(programa político) coherente y con visión histórica, la
organización se ha convertido casi en un fin de sí mismo; y el
“aparato” ha pasado a ser nuestra más importante virtud. Bueno,
quizás esta es una de las pistas que más nos llevaría a identificar la
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razón por la cual existe tanto divorcio entre las organizaciones
políticas venezolanas y la sociedad civil.
2. La nueva organización y su relación con el poder del
estado.
La organización leninista de nuestro partido, quizás justificada en
una época de democracia incipiente en Venezuela (sin perder de
vista la influencia socialista de los movimientos políticos
latinoamericanos), ha sido superada por la evolución del mismo
país. Es decir, son impertinentes las organizaciones verticales y
burocráticasen unasociedadhorizontal y democrática.
Muy pocos militantes de Acción Democrática se han percatado de
una terrible paradoja: las elecciones uninominales, una propuesta
trascendental de nuestro mismo partido, colocaron en el basurero
de la historia a nuestras estructuras organizativas, y dieron al traste
con la organización omnipotente y que incidía en todas,
absolutamente todas las actividades de la sociedad civil (desde
los centros de estudiantes, las asociaciones de vecinos y
deportivas, los sindicatos y hasta los reinados de belleza).
A decir verdad, los partidos políticos ya venían sofocando
excesivamente el ritmo de la sociedad civil hasta el extremo de
hacerla inoperante, y aparentemente conformista. Ha sido un
conformismo engañoso y amalgamado en gran medida por las
dádivas petroleras que repartía el otrora poderoso estado
venezolano.
Es decir, involuntariamente la sociedad civil entregó en concesión
a los partidos políticos sus organizaciones naturales (gremios,
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ONG´s, sindicatos, centros de estudiantes, asociaciones de
vecinos, etc) a cambio de una buena tajada de la renta petrolera.
Pero el 27 de febrero/89 (cuando desaparecen “oficialmente” las
dádivas petroleras) queda en evidencia la inutilidad de los
partidos políticos y de las organizaciones intermedias (sindicatos,
gremios, centros estudiantiles, asociaciones vecinales, etc.) que
éstos decían “controlar”.
Tanto es así que los candidatos presidenciales que han
despertado el mayor apoyo de los venezolanos en los últimos
seis años son personas que han levantado las banderas
antipartido ¿No nos dice nada éste fenómeno?).
Antes decíamos controlar todo ¿Pero cómo controlar ahora a
quienes resulten electos en forma uninominal? ¿A quiénes deben
rendir cuentas los senadores, diputados, gobernadores, alcaldes y
concejales? ¿A un secretario general, por ejemplo, que nada tuvo
que ver con su elección directa, o a los ciudadanos que lo
eligieron?
Lógicamente, se dirá que antes de ser electos uninominalmente
fueron escogidos previamente por el partido. Sin duda, esto
debiera generar una automática relación de dependencia, pero
no de sumisión -como antes-. Tener el control del poder en
momentos en que nuestro partido padece una fuerte depresión
clientelar nos obliga a interrogarnos ¿quién depende de quién?
¿Quién influye a quién? ¿El partido toma las decisiones
fundamentales de un gobierno que le pertenece, o es el gobierno
local quien decide en el partido?
Una simple ojeada por todos los estados donde somos gobierno
nos brindará una respuesta a éste asunto. Allí veremos que los
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“mandamás” del partido no son los Secretarios Generales sino los
gobernadores y alcaldes.
Pero sigamos ¿no nos estaremos acercando, con la elección
uninominal casualmente a la dinámica que rige a algunos políticos
de muchas naciones desarrolladas, especialmente los Estados
Unidos, donde los parlamentarios y representantes populares no
están obligados a marchar de acuerdo a una “línea” trazada por el
jefe de la Fracción Parlamentaria y/o de la dirección de su partido?
O por el contrario ¿la elección uninominal, en un país que no
posee una cultura democrática arraigada en la sociedad, tal como
si ocurre en las naciones desarrolladas de Europa y Norteamérica,
no terminará convirtiéndose en una vía expedita para el
surgimiento de caudillitos tropicales, generalmente sin formación
democrática ni gerencial, que podrían terminar por anarquizar el
poder político nacional y debilitar a la república? Estas
interrogantes sin duda tienen una inmensa pertinencia histórica
que debemos revisar.
Ya Bolívar lo decía en el siglo pasado: “La Constitución (federal)
de Filadelfia estaba bien para los Estados Unidos por cuanto
aquel pueblo es un modelo singular de virtudes políticas y de
ilustración moral… la libertad ha sido su cuna, se ha criado en la
libertad, y se alimenta de pura libertad… es único en la historia
del género humano. Es un prodigio… que un sistema tan débil y
complicado como el federal haya podido regirlo en circunstancias
tan difíciles y delicadas como las pasadas… ¿No dice El Espíritu de
las Leyes que éstas deben ser propias para el pueblo que se
hacen?”.
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Pero Simón Bolívar, influido por Montesquieu, iba más allá y
tocaba el caso venezolano: “Este magnífico sistema federativo no
era dado a los venezolanos gozarlo repentinamente al salir de las
cadenas. No estábamos preparados para tanto bien; el bien,
como el mal, da la muerte cuando es súbito y excesivo. Nuestra
constitución moral no tenía todavía la consistencia necesaria para
recibir el beneficio de un gobierno completamente
representativo, y tan sublime cuanto que podía ser adaptado a
una república de Santos”.
Sin duda, Bolívar daba a la democracia una connotación cultural
que iba más allá del fenómeno administrativo y político.
Democracia, debemos acotar nosotros, no es simplemente un
sistema de gobierno sino la cultura de la convivencia bajo el
respeto absoluto a los derechos de nuestros semejantes. Es
comprender que nuestros derechos culminan donde comienzan
los derechos de los demás. Y que quien no es demócrata en el
núcleo básico de la sociedad como lo es la familia, no podrá serlo
jamás en el trabajo, en las responsabilidades públicas, y en el
propio partido.
O dicho de otra manera, la democracia no es cuestión de leyes y
decretos sino de convicciones. Por eso es que las leyes
democráticas tienen poco valor en un país que no se comporta en
su vida cotidiana en forma democrática. Y es allí donde la escuela
primaria se convierte en el principal foro para la formación
democrática del ciudadano ¿Eso está ocurriendo en nuestro país?
En todo caso, le descentralización y la elección directa de
gobernadores, alcaldes y representantes legislativos (una especie
de federalismo criollo) merecen una reflexión muy desprejuiciada
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y objetiva, sin apasionamientos “democratistas” (que no
democráticos). En todo caso, por donde lo miremos, siempre nos
tropezaremos con el bendito sistema educativo venezolano.
3. Las dos Venezuelas, las dosAD.
Sería muy arriesgado incurrir en el exceso de afirmar que en
Venezuela no hay democracia. Lo que sí es cierto es que nuestra
democracia -la del país y la del partido- son aún muchos
enunciados constitucionales que obligan al ciudadano o militante
a comportarse de una manera determinada, pero que todavía no
se ha arraigado culturalmente en el venezolano y en el
acciondemocratista en particular.
De hecho, en nuestro país comienzan a convivir dos Venezuelas:
Una, la que todavía padece la conmoción del shock del cambio
político y económico que nos estamos trazando; y dos, la que se
ha formado en las universidades, la que se ha conectado con otras
naciones (muchos de ellos a través del Plan de Becas Gran
Mariscal de Ayacucho), la que hoy comienza a pegarse en la “gran
red” mundial (Internet), la que maneja a la industria petrolera, la
que fabrica acero, aluminio y produce hidroelectricidad, y
especialmente la juventud que está copando los centros de
estudios superiores, la que se incorpora a la era del conocimiento.
En la primera conviven aún la mayoría de los venezolanos, en la
segunda están los que mañana serán irreversiblemente mayoría
por imposición de la historia.
Asimismo existen dos AD que conviven a veces en forma
traumática: Uno, la clientelar, la “Caribe”, las del puro aparato, la
que tiene miedo de crecer (la más de las veces para evitar más
competidores a los cargos a repartir), la marramunciera. Y dos, la
15. 15
AD que quiere ser referencia válida para la Venezuela de hoy,
amplia, de estructuras flexibles, orientadora, en fin, la que sea un
partido político normal, auténticamente democrático, la que
discuta y haga política.
4. El nuevo partido político.
Si partimos del hecho que la elección uninominal de alcaldes,
gobernadores y representantes parlamentarios no tendrá vuelta
atrás, que la descentralización del poder central hacia los estados
y municipios es irreversible, que los partidos irán perdiendo
representatividad en los gremios, sindicatos, asovecinos y centros
de estudiantes ¿entonces, para qué quedarán los partidos
políticos en Venezuela?
Estas interrogantes, con respuestas seguras, demuestran que los
partidos quedarán reducidos a actividades muy específicas. Hay
que puntualizar que la crisis de los partidos políticos y de las
ideologías es a nivel mundial, especialmente en aquellas
organizaciones de estructura leninista y del llamado mundo
socialdemócrata y democratacristiano, tal como ocurre en
América Latina y buena parte de Europa.
En los países desarrollados, donde el cúmulo de problemas
sociales y económicos son mucho más benignos que en las
naciones pobres, los partidos no serán más que escuelas de alta
política, donde se diseñan las estrategias fundamentales del país y
de las regiones, respetando con mucha pulcritud a las
organizaciones naturales de la sociedad civil, con un limitado
número de militantes, y con un amplio uso de los medios masivos
de comunicación.
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En los países en vía de desarrollo (caso Venezuela), además de
escuela de alta política, los partidos deben ser organizaciones
para la emergencia social, tienen que ser el motor de los grandes
cambios, especialmente los de carácter socio-económico, que nos
exige la nueva era que vive la humanidad.
En Venezuela, además, los partidos políticos tienen que ser, en
ésta coyuntura histórica, los conductores fundamentales del
proceso de transferencia de las organizaciones intermedias, que
hoy están en manos de los mismos partidos, a la sociedad civil. De
allí que la estructura acaparadora, rígida, burocrática, costosísima,
y sustentada en un liderazgo individualista tiene que dar paso, en
forma definitiva, a una organización más limitada en número de
militantes, flexible, dinámica, austera, y basada en un liderazgo
colectivo.
5. Propuestas para la nueva organización política.
En tal sentido, y conscientes de que los cambios que se requieren
se harán a mediano y largo plazo, pero también de que algún día
tenemos que comenzar por algo, debemos proponer para su
discusión, enriquecimiento, y aplicación gradual:
EL SECRETARIO GENERAL. Suprimir la mayoría de las secretarías
funcionales existentes, incluida la figura del Secretario General
(herencia legítima del primer secretario general del planeta, José
Stalin) y reemplazarlas por organismos más acoplados a la nueva
realidad políticay social del país.
LA SECRETARÍA DE PROFESIONALES Y TÉCNICOS. Asimismo
debemos reconocer que algunas secretarías funcionales han
perdido vigencia histórica. Tal es el caso de la Secretaría de
17. 17
Profesionales y Técnicos, que se justificaba cuando en el país eran
escasos lo egresados universitarios, y éstos eran percibidos como
un solo cuerpo colegiado que se diferenciaba de la sociedad
común, la cual poseía altos niveles de analfabetismo. Era la época
en que los médicos, los abogados y los ingenieros del “pueblo”
eran percibidos como seres muy especiales de la comunidad. Eran
los “doctores”, y el país dependía muy poco de éstos para definir
su destino.
Hoy, cuando el mundo está conmocionado por la era del
conocimiento, cuando Venezuela (gracias a Acción Democrática,
por cierto) se ha llenado de profesionales y técnicos, cuando la vía
cotidiana del país ha sido segmentada profesionalmente, y casi
todas las familias tienen no menos de un profesional en el hogar,
entonces la Secretaría de Profesionales y Técnicos pasa a ser un
organismo muy heterogéneo y poco funcional ¿Qué niveles de
identidad pueden existir, por ejemplo, entre un abogado y un
ingeniero? Más aún ¿qué pertinencia política tiene la Secretaria de
Profesionales yTécnicosenla Venezuela moderna?
¿No sería más útil asignar cada gremio al área política, social y
económica que más se aproxime a su especialidad? En este
sentido, creemos que tiene mas pertinencia flexibilizar la creación
de las secretarías funcionales de acuerdo a la realidad y
necesidades de cada estado o región, darle más dinamismo a la
estructura organizativa del partido, adaptarla a las realidades de
cada sociedad regional y municipal.
Así, por ejemplo, tendríamos una “secretaría del empleo” mientras
dure la crisis ocupacional en Venezuela. Una vez superada esta
crisis, entonces quizás se hace pertinente eliminar ésta secretaría y
18. 18
pasaría a convertirse hipotéticamente en la Secretaría de la
Economía.
En el mismo orden hablaríamos de los problemas: “educación,
“salud, “vivienda”, ”crisis del hogar”, “alimentación”, etc. y sus
respectivas secretarías. A éstas estarían asignados a su vez los
economistas, los educadores, los médicos, los ingenieros y
arquitectos, los sociólogos y los sicólogos, los agrónomos y
veterinarios, en forma respectiva. No hay duda de que sería más
útil un médico en la Secretaría de la Salud que en una genérica
Secretaríade Profesionales yTécnicos.
LA SECRETARÍA FEMENINA. La Secretaría Femenina también
debe ser eliminada, pues de un organismo destinado en tiempos
pasados a la vindicación histórica de la mujer, para la conquista de
sus derechos humanos, hoy pasa a convertirse en la antítesis de la
igualdad. Uno de los logros históricos de AD es haber reconocido
a la mujer venezolana sus derechos políticos y económicos, en
igualdad de condiciones al hombre.
La existencia aún de una Secretaría Femenina, en un partido que
reconoce en forma absoluta la igualdad de la mujer respecto al
hombre, y en momentos en que las mujeres ocupan con la mayor
libertad y sin discriminación alguna de las posiciones que
tradicionalmente se reservaban a los hombres, es como pretender
seguir expresando que la mujer es “diferente” y no igual al
hombre, y pareciera justificarse más para la obtención de algunos
privilegios (lo cual contradice la reclamada igualdad) que para
seguir luchando por los derechos de la mujer. Venezuela es uno de
los países más avanzados del mundo en materia de igualdad
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femenina. De manera que el puesto de lucha de nuestras mujeres
ahora debe estar en todos los frentes de la actividad política.
LA NUEVA ORGANIZACIÓN. Sugiero dividir la organización en
tres departamentos diferentes y a la vez complementarlos con sus
respectivos coordinadores. Su actuación será colegiada, de
manera que las decisiones políticas que antes tomaba
unilateralmente el Secretario General ahora serán tomadas por los
tres coordinadores de departamentos, y sin que cada coordinador
(incluido el Secretario General) pierda autonomía.
Departamento de Política: Coordinado por el Secretario
General. Diseño de estrategias políticas, propuestas a la
localidad, a la región, y/o país, creación de departamentos
funcionales. En el caso concreto de Guayana, por ejemplo, estos
departamentos se abocarán a dar respuestas a problemas
fundamentales de la colectividad: salud, transporte colectivo de
pasajeros, seguridad ciudadana y educación, como actividades
prioritarias de nuestro partido. El coordinador de este
departamento será el vocero oficial del partido.
Departamento de Comunicación, Análisis e Investigación
Social: Investigación política, social, económica y cultural,
banco de datos, estadísticas, comunicación social, propaganda,
publicaciones.
Departamento de Organización: actividades internas,
actividades electorales, finanzas.
20. 20
FINALMENTE…
No debemos dilapidar nuestro tiempo (controlado severamente
por una crisis histórica sin precedentes) en disputas personales,
en venganzas estériles, y en discusiones intrascendentes. Nuestra
meta fundamental es darle al país una organización política
moderna, conectada con las necesidades reales y sentidas del
pueblo, y saneada éticamente.
También estamos persuadidos de que la crisis de AD no sólo
pertenece a ella sino que ya es generalizada, y de que todos los
partidos políticos padecen de los mismos males, o lo están
incubando más rápido de lo que ellos suponen.
Seguimos convencidos de que nuestro partido continúa teniendo,
a pesar de la actual crisis, la primera opción para convertirse en la
fuerza política y social histórica que requiere la Venezuela del
siglo XXI. AD es la propuesta política con mayor proyección
histórica en la Venezuela del nuevo milenio.
Estas ideas, por supuesto, requieren de mucha discusión, y su
hipotética aplicación debe tener un curso histórico. No podemos
pretender hacer los cambios de la noche a la mañana, pues todo
cambio de ésta magnitud genera muchos traumas en cualquier
sociedad. Lo importante es tener los objetivos claros, saber hacia
dónde vamos, y que cada día implique una nueva conquista.
Total, ya estamos discutiendo a la Acción Democrática del
nuevo milenio.
* El nuevo milenio llegó 6 años después de haber redactado
aquellas reflexiones y sugerencias políticas. El primer presidente
de ese nuevo milenio en Venezuela fue un militar golpista e
21. 21
izquierdista radical (y no un adeco), quien optó inteligentemente
por comerse al elefante de la democracia venezolana en rodajas
durante dos décadas, y destruyó al país por completo sin
construir nada bueno a cambio.
* 8. AD más nunca ha tenido ni siquiera un candidato presidencial
durante los últimos 30 años. Por el contrario, AD viene ocupando
un lugar secundario entre una gama de movimientos opositores
( en su mayoría creados exclusivamente para llevar
obsesivamente a la presidencia a algunos de sus dirigentes), y a
merced de aventuras políticas que nada tienen que ver con la
histórica conducta política de Acción Democrática.
* 9. Hoy, 80 años después, aún existen muchos adecos añorando
con volver al poder y con hacer historia, porque -como dijo
Rómulo Betancourt- AD nació para hacer historia, no para
medrar en la baja política. El día que los acciondemocratistas
comprendan esta misión, es cuando estarán preparados para
volver al poder y evitar la “uerredización” de AD.
* 10. Es una tarea pendiente no sólo para Henry Ramos Allup y
Bernabé Gutiérrez sino para todos los acciondemocratistas que
quieran hacer de AD el partido del nuevo milenio, el partido de
la sociedad red.
* 11. Si de algo estoy convencido es que la AD originaria está más
vigente hoy día que hace medio Signal . Sólo falta atreverse y
salir de una autodestructiva y paralizante zona de confort, y dejar
de rendirle culto a los errores del pasado.
* 12. Lo mejor de todo es que el cambio es gratis, especialmente
si se quiere volver al poder. De lo contrario, en Venezuela
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surgirán muy pronto nuevas expresiones del poder que llenarán
el vacío creado por partidos políticos fallidos y liderazgos tercos
(pues así es la historia del poder). El país está preparado para
ello. Es hora de las grandes decisiones, y donde las excusas
autocomplacientes sobran.