No olvidemos que, aunque la disposición anatómica de los abdominales se mantiene (por supuesto), lo que sí que ha cambiado es el concepto en su entrenamiento, aplicación y, sobre todo, su relación con el resto de ejercicios teniendo en cuenta su función y no tanto su acción. La clave para conseguir los mayores beneficios con el menor riesgo, está en elegir los ejercicios adecuados y también en proponer las progresiones correctas. Por eso hemos desarrollado esta guía siguiendo el principio de progresión, presentando ejercicios donde se va incrementando el control y dificultad técnica. Además de su justificación y fundamentación, consejos y aspectos técnicos a tener en cuenta, encontrarás 4 niveles de aplicación para que te resulte más fácil ubicar tu selección de ejercicios; activación, estables, funcionales y rendimiento.