2. Érase una vez una niña muy linda que vivía en un extremo del Bosque Mágico con
su madre. Cuando salía a la calle llevaba una linda caperuza roja que le regaló su
abuela con mucho cariño. Es por eso que a esta linda niña le llamaban Caperucita
Roja.
Un buen día la madre de Caperucita le dijo a su hija:
-Caperucita, vete a casa de la abuelita que tiene un poco de catarro y llévale esta
flor cuidada con mucho amor para que la huela y se le abran las vías respiratorias
con el amor que le va a entrar en el cuerpo. Llévale también este poquito de clorito
de sodio por si siente que le va a ayudar.
- Muy bien ama, estoy deseosa de visitar a la abuela y transmitirle mi cariño.
3. -Ya sabes que la abuela vive en el otro extremo del bosque.
Recuerda que el bosque te protege y que puedes contactar con
los lindos animalitos, para compartir experiencias y sentirte
acompañada.
- Muchas gracias, ama. Tu información para mí es muy valiosa.
Lo tendré en cuenta.
4. Entonces, Caperucita se despidió de la madre y
fue cantando por el bosque:
Txano gorritxo dut izena,
Amonaren etxera noa
Amonari maitasuna eskaintzera.
5. Caperucita empezó a a disfrutar de los vegetales y los animales del
bosque y se sentía muy segura. De repente un lobo que por allí
paseaba la observó desde detrás de un árbol.
- Uhmmm. Qué niña tan linda y qué alegre va. Me transmite tal alegría
que deseo compartir un rato agradable con ella. ¿qué puedo hacer?
Ah! Ya sé. Voy a gastarle una broma cariñosa.
6. Entonces el lobo se acercó a la niña y
le dijo:
-Hola preciosa, ¿Quién eres y a dónde
vas tú sola por este bosque?
-Mi nombre es Caperucita y voy al
otro extremo del bosque a llevarle
unas cositas a mi abuela para que se
cure.
-Me encantaría jugar contigo un
poco.- dijo el lobo no feroz- Si quieres
podemos hacer una carrera para
llegar a casa de la abuela. Tú vete por
este camino que es más corto y yo iré
por el largo.
-Está bien, nos vemos en casa de la
abuela.
7. Lo que no sabía Caperucita era lo que el lobo tramaba….. Estaba
engañando a la niña para que fuera por el camino largo y así llegar él
antes y poder gastarle una broma.
El lobo fue corriendo y llegó antes a la casa.
8. -Toc Toc Toc.
- ¿Quién es?- Dijo la abuelita.
- Soy el lobo no feroz.
-¿El lobo no feroz?
-Sí. Es que me cansé de que me abrieran la
tripa y me metieran piedras dentro y me
hice vegetariano. ¿Puedo pasar y hablar
contigo?
- Vale.- Dijo la abuelita.- Siento que me
hablas de corazón. Adelante, la puerta está
abierta.
9. El lobo pasó dentro y le comentó a la abuela su
gamberro plan.
La abuela se escondió dentro del armario y el lobo
cerró la ventana para que entrara menos luz, se puso
un camisón y se metió en la cama.
10. Al rato llegó Caperucita.
-Hola abuelita.
-Pasa, pasa.- Dijo el lobo con voz de
anciana.- Entra, que la puerta está abierta.
Ven a visitarme.
11. Caperucita entró y notó algo raro.
Empezó a hablar con la “abuela”.
-Abuelita, abuelita, qué ojos más
grandes tienes.
-Son para verte mejor.
- Abuelita, abuelita, qué nariz más
grande tienes.
- Es para respirar prana mejor.
- Abuelita, abuelita, qué manos
más grandes tienes.
- Son para acariciarte mejor.
-Abuelita, abuelita, qué piel más peluda tienes.
- Es para darte más calor en los abrazosss!!!!!!
12. Y el lobo se echó encima de la niña pero esta vez no para comerla, sino para
abrazarla.
Tanto el lobo y Caperucita entraron en una conexión divina de amor y disfrutaron del
abrazo y de la graciosa broma del lobo.
Un minuto después salió la abuela del armario, que entre
el amor que se había creado en un momento en la
habitación y la fuerza de la flor que había cuidado su hija,
se curó y le subieron las defensas del cuerpo. Se unió la
abuela a ese lindo abrazo y los tres se pusieron a cantar.
13. Poco después un cazador cabizbajo oyó los cantos y se asomó a la ventana. Observó
que una anciana, un lobo y una niña estaban en armonía disfrutando de la mañana.
Entonces el cazador pensó.
Ahora comprendo por qué había perdido mi escopeta. Ya no me hace falta. Los lobos
y el resto de animales están entrando en conexión con el resto de seres, y de ahora
en adelante no voy a tener que abrir animales para rescatar cabritillos o gente. Ha
llegado el momento de cambiar de oficio.
14. En ese momento el cazador decidió formarse en agricultura, y como
agradecimiento a los tres seres que le abrieron los ojos, decidió
regalarles los cultivos para que tuvieran alimento.
15. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Y una nueva versión de Caperucita hemos inventado.